Praga II
Praga no es un sitio caro, se puede comer sin problemas en cualquier sitio. Sólo hay que saber un poco de inglés, ya que los ingredientes en las cartas de los restaurantes aparecen en inglés. Si no, un pequeño diccionario de bolsillo es suficiente.
La comida local está bien, más o menos usan los mismos ingredientes que en España pero preparados de foma distinta. Si no te quieres arriesgar, puedes recurrir a McDonalds, Pizza Hut, ect., pero sería una pena porque la cocina checa está buena.
Un tema aparte lo merecen las bebidas, en concreto el agua: no conocen el agua mineral sin gas.
En el avión nos dieron una botellita de agua de una marca checa con el tapón verde, tenía bastante gas, y no nos gustó. Así que cuando fuimos a comprar agua para nosotros, probamos a coger de la misma marca con el tapón rojo (no quisimos cambiar de marca porque las etiquetas en checo no son nuestro fuerte). Y tan contentos que nos fuimos. Al día siguiente, nos fuimos a ver el Vysehrad. Estaba lloviendo, y para mi desgracia, el chubasquero calaba. Después de una hora visitando el lugar quise beber agua, así que, ni corta ni perezosa me ateché y cogí la botella de litro y medio que habíamos comprado. Abrí la botella y... me duché. Se me quedó una cara.... El agua tenía gas, el suficiente para llevarme puesta media botella.
La comida local está bien, más o menos usan los mismos ingredientes que en España pero preparados de foma distinta. Si no te quieres arriesgar, puedes recurrir a McDonalds, Pizza Hut, ect., pero sería una pena porque la cocina checa está buena.
Un tema aparte lo merecen las bebidas, en concreto el agua: no conocen el agua mineral sin gas.
En el avión nos dieron una botellita de agua de una marca checa con el tapón verde, tenía bastante gas, y no nos gustó. Así que cuando fuimos a comprar agua para nosotros, probamos a coger de la misma marca con el tapón rojo (no quisimos cambiar de marca porque las etiquetas en checo no son nuestro fuerte). Y tan contentos que nos fuimos. Al día siguiente, nos fuimos a ver el Vysehrad. Estaba lloviendo, y para mi desgracia, el chubasquero calaba. Después de una hora visitando el lugar quise beber agua, así que, ni corta ni perezosa me ateché y cogí la botella de litro y medio que habíamos comprado. Abrí la botella y... me duché. Se me quedó una cara.... El agua tenía gas, el suficiente para llevarme puesta media botella.
Los refrescos tienen bastante más gas que aquí, pero si no quereis sorpresas como la que os acabo de contar, es lo más recomendable, junto con los zumos. Además tienen sabores distintos a los españoles: recuerdo una botella de 1/2 litro de Fanta de color verde que estaba muy buena, era de limón, pero no tan dulce como el de aquí, sabía mucho más a limón.
La bebida nacional es la cerveza, dicen que es muy buena (lo siento, a mí no me gusta, así que no puedo opinar).
Más aventuras con las botellas de Fanta en próximas entradas.
1 Comments:
lo del agua...doy fé!!! es muy difícil encontrar agua sin gas, y siempre acabas comprando la que no es!!
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